jueves, 20 de agosto de 2009

Primavera 1995

Recorriendo los cautelosos primeros recorrido de toda mi vida, no sentía miedo por ser un grano de arena ante el mundo. Me bastaba con una mano para sentir mi guardaespalda.
Para sentir el día de frío podría mantenerme caminando por un cuadrado. Para sentir lo primaveral ante mis ojos que empiezan a ver, crecer y sentir. El deseo de saber, de pensar cuán fácil es para nosotros vivir cuando crees así mismo que todo te respalda.
Es la comodidad de la infancia, lo supremo ante el día de hoy.

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