lunes, 19 de octubre de 2009

¿Por qué perdemos lo que más queremos?
Golpeás cada vez más fuerte las manos contra tu cabeza, reprochando cada lágrima que se desliza dulcemente sobre la inconciencia de tener una vida encima; creyendo que por sentir
las luces de nuevo recorriendo toda mi cabeza, el sabor de la innovación era genial, la suavidad de cada punta de su pelo, la terminación de cada parte de piel, el trozo de mi, la mitad de mi alma y todo te lo llevas con vos cada vez que vas a dormir, que ésta vez es lejos de mi...
Que ésta vez ya no es de aquella forma en la que solíamos reír y descansar realmente en paz; por más que en minutos tuvieramos que despertar correteando a otro sitio, sabíamos que teníamos lo mejor dentro de nuestros puños, y como todo lo mejor termina... Salvo que ésto decidió dar un último suspiro antes de tiempo.
¿Qué esperamos? Si todo termina en algún momento, lo sabio es reír y encontrar... O darse cuenta la farsa en la que caminamos, ver que si limpiamos nuestro trayecto es más fácil seguir caminando.
Cuando abriste el sol no sabías que lo que estabas haciendo era cerrarlo hasta la mitad; dejarlo que sangre cada rayo a la deriva... Pateaste y pateaste hasta que la caja se abrió, y no te bastó con eso que la rompiste para ver si tenía más cosas aún... Y por allá, totalmente destrozada, llorás por haber consumado el acto más patético y destrozante que podrías haber realizado, tan igual te ibas a sentir cuando los días se suman a meses, y los meses se suman a años.
Cuando las caricias se suman a cosas serias;
Cuando te enamorás en serio... Las cosas duelen más de lo que deberían; está en vos, en mi, en todos saber como manejarlo, respetar cada cambio, aprender para la próxima que nadie sabe como vendrá, quizás la fecha de vencimiento se pasó, quizás soy yo.

1 comentario: