miércoles, 13 de julio de 2011

El ojo feróz, tu encanto.

Ese frío mientras corríamos me hacía sentir bien. Sabiendo que no había ni cobre para resistir, a la fuga íbamos, con el frío íbamos.
Éste mar de las correar, ata, sujeta, traga y atrapa. Qué dolor tan amargo se siente a veces.
Con tus luces te sentás a esperar a que la trágica decisión del resfrío llegue.
Tanto así, tan felíz, todo vuelve a estar mejor, o solo por un rato.
Las diagonales nunca terminan cuando te quedás en cada esquina.
La lluvia se burlaba de vos, y vos corriendo de ella!
Atrapaste al loco matón, y no pudiste quererla.

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