viernes, 7 de agosto de 2009

Las nubes corren como yo

Habrá quizás una explicación, o varias de todas éstas preguntas.
Una de ella es el por qué cuando uno mira atrás, los quilómetros y quilómetros de cintas de vida quieren enrozcarse bruzcamente entre tus piernas, entre tus ojos... Solo para verte tropezar una vez más siendo de la más grata jocosidad para todos. Salvo para mi. O tal vez quiere resurgir para que, con las manos bañadas en transpiración, podamos recordar minutos de lo que fue lo nuestro.
Qué poco nos acordamos de tantas cosas... Si me pongo a pensar de tantos días que tiene un año, solo puedo recordar pocas partes de muy pocos días.
¿Dónde quedará guardado el resto? ¿En qué parte de mi memoria?.
Habrá quizás más explicaciones...
Si siempre al ofrecer tu mejor sonrisa en una bandeja de plata, un poco de gramos de confianza, tender una mano, un beso... Terminan tirando tu bandeja de plata con tu sonrisa al suelo, la confianza es abusiva a tal punto del aburrimiento supremo, o encontrar otro tipo de perfección ya no basada en uni. La ayuda que tendiste dando tu mano, te ahorcó existencialmente llegando hasta tu cuello, y el beso que ofreciste jamás se vuelve a disfrutar como la primera vez, el corazón ya no corre de la misma forma por todo tu cuerpo sin poder atraparlo.

Y si me pongo a pensar en la conformidad podría no terminar en minutos.
Pensar en que un montón de palabras e incluso hechos pueden borrarse con una simple mirada, que el que diga que NO solo puede escribirlo pero se jacta mentalmente porque sabe como son las cosas. No existe el/la mejor, ni la perfección. El ser perfeccionista me parece totalmente estúpido.

¿Y el esfuerzo? El esfuerzo en el que tardás meses, incluso años y con el que construís tu propio palacio. Sì, ese palacio... El puede derrumbarse en tan solo minutos.

Más allá de las mil cuestiones, prefiero enterrarme dignamente en ese suburbio blanquecino que internamente más que seguro que tiene mil colores y mil formas; perdiéndome ahí, en ese vórtice descomunal que corre tan rápido, y se mezcla, como yo.
¿A dónde iran con tanta prisa? Me gustaría poder alcanzar esa mescolanza de deseo infinito, de nada más que libertad y tensión.

Acompañada por el mejor calor de mi cama y la suavidad y ternura de aquella guitarra, él se asoma mirandome por detrás esa pared blanca, observándome por 5 segundos que para mi se convirtieron en minutos,.. Los minutos más puros de ésta mañana.
Y razono... Y pienso que tal vez queda poco, pero SÉ internamente que hay mucho más allá afuera; que los caminos que podrían ser en línea recta me esperan. El problema, o lo divertido es que no lo son.


Y vos, vos me verás crecer.

1 comentario:

  1. Padmasana. ♥


    Padmasana toda la vida, Pola. Esa es la verdad.

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