martes, 3 de noviembre de 2009

Tu pasaje sin vuelta

¡Sí! Muy desquiciado clavás tu mirada al techo.
Hundís tu última gota de saliva en el bolsón sin retorno.
Y cuando girás, ya sabrás que habremos agotado el tiempo.
Nos pudrimos por dentro como un golpe alentador.
Visitamos al de arriba y le pedimos más días del que nos robó.
Manejamos el fuego como a el juego más sincero y para nada prometedor.
Si nene, te aferraste a tu pasaje sin vuelta.
Como si el sol te cegara una vez más, tirás hasta el último trago de dignidad solo por que no te alcanza.
Tu corta vida es... Una suma de palabras
que corren sin medida a oídos que no quieren escuchar.
Los movimientos ya los conocemos, pero no queremos perder de nuevo.
Y aunque ni chapas de oro ni rejunte de sílabas nos den un nombre
Seguro yo sé que jamás podré tener lo que corre de mi.
Y como un vicio irónico pisás el acelerador y metés orgullo en su volante.
Escapás en la noche, pero no de ella.
Preferís no ser ni escuchar los ruidos largos y definitivos
Pero... Si no te importa la realidad.
Con pasos largos decidís tu camino, sangrás por la calle y corrés por más.
¿Tan poco queda ahí dentro para pensar?
Canta palabras crueles para sí mismo y para los demás, llora, corre y no mira atrás.
Preferís decir lo usual
para que el esclavo caiga /y por dentro ría una vez más).
Paquete de idas, bolsa de juguete traidor, bolsillo roto.
Cada hora son días menos y vos ya lo sabés.
A veces es mejor desvelarse un poco.
Las tormentas comunmente no son tan fuertes.
Preferiste salir gateando a buscar algo que te divierta, aun más.
En vez de pensar en quien necesitaba dos minutos de vos
Pensaste en quien egoístamente reiría por siempre.
Y en éste viaje ya somos dos, ya volverás a ser vos.
Apurate, antes de tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario